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Hernia Discal: Síntomas, causas y tratamientos más efectivos

La hernia discal es una condición o enfermedad en la que el material del núcleo pulposo del disco intervertebral se sale del anillo fibroso, causando dolor y molestias. Las principales causas son la degeneración de las fibras de colágeno y lesiones o accidentes. Los síntomas varían dependiendo de la zona afectada, como la zona lumbar o cervical. El diagnóstico se realiza mediante exploración médica y pruebas diagnósticas como resonancia magnética. El tratamiento incluye reposo, medicamentos, terapia física, inyecciones epidurales y en casos graves, cirugía. Es importante tomar medidas preventivas como mantener un estilo de vida saludable y cuidar la postura al levantar objetos pesados.

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Causas de la hernia discal

La hernia discal puede ser causada principalmente por la degeneración de las fibras de colágeno del anillo fibroso, lesiones o accidentes, y otros factores de riesgo. A continuación, se detalla cada una de estas causas:

Degeneración de las fibras de colágeno

Con el paso del tiempo, las fibras de colágeno que conforman el anillo fibroso del disco intervertebral pueden degenerar y perder su elasticidad, volviéndose más propensas a la ruptura. Esta degeneración gradual puede ser causada por factores como el envejecimiento, la falta de actividad física regular, el tabaquismo y la mala alimentación.

Lesiones o accidentes

Los accidentes, especialmente aquellos que involucran fuertes impactos o movimientos bruscos en la columna vertebral, pueden provocar hernias discales. Estas lesiones repentinas pueden generar una mayor presión sobre el disco intervertebral, debilitando el anillo fibroso y causando que el material del núcleo pulposo se salga del disco.

Otros factores de riesgo

Además de la degeneración y las lesiones, existen otros factores de riesgo que pueden contribuir al desarrollo de una hernia discal. Entre ellos se encuentran la obesidad, la falta de ejercicio regular, los trabajos que requieren levantar objetos pesados de manera repetitiva, las posturas incorrectas al sentarse o levantar objetos, y los antecedentes familiares de hernias discales.

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obesidad

Síntomas de la hernia discal

Síntomas en la zona lumbar

Los síntomas de la hernia discal en la zona lumbar pueden variar de una persona a otra y dependerán de la ubicación y gravedad de la hernia. Algunos de los síntomas más comunes incluyen:

  • Dolor en la parte baja de la espalda que puede irradiarse hacia las nalgas, las piernas o los pies. Este dolor puede ser agudo, intermitente o crónico.
  • Hormigueo o entumecimiento en las piernas o los pies.
  • Debilidad en los músculos de las piernas.
  • Disminución de los reflejos.
  • Dificultad para caminar o mantenerse de pie durante períodos prolongados.
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Síntomas en la zona cervical

Cuando la hernia discal afecta la zona cervical, los síntomas pueden incluir:

  • Dolor en el cuello que puede extenderse hacia los hombros, los brazos y las manos. Este dolor puede ser punzante, quemante o pulsátil.
  • Hormigueo, entumecimiento o debilidad en los brazos y las manos.
  • Pérdida de coordinación o dificultad para realizar movimientos finos con las manos.
  • Dolor de cabeza o migrañas.
  • Rigidez en el cuello y dificultad para girar la cabeza.
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Síntomas relacionados con los nervios

La hernia discal puede ejercer presión sobre los nervios cercanos, lo que puede provocar síntomas adicionales, como:

  • Dolor o malestar que se irradia hacia las extremidades inferiores o superiores, dependiendo de la ubicación de la hernia.
  • Sensación de hormigueo o adormecimiento en las extremidades afectadas.
  • Debilidad muscular en las áreas afectadas.
  • Pérdida de control o coordinación de los movimientos.
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columna-vertebral

Diagnóstico de la hernia discal

El diagnóstico de la hernia discal se basa en una evaluación médica exhaustiva que incluye exploración física y pruebas diagnósticas específicas. A través de estos procedimientos, se busca determinar la ubicación, el tamaño y la gravedad de la hernia discal para establecer el plan de tratamiento adecuado.

Exploración médica y pruebas diagnósticas

En la exploración médica, el especialista en columna vertebral realizará diferentes pruebas y exámenes para evaluar los síntomas del paciente. Esto puede incluir pruebas de movilidad, pruebas de fuerza y ​​reflejos, así como la evaluación de los síntomas específicos que experimenta el paciente.

Además de la exploración física, se pueden utilizar diferentes pruebas diagnósticas para confirmar el diagnóstico de la hernia discal. Estas pruebas pueden incluir radiografías, que ayudan a identificar cambios estructurales en la columna vertebral como espolones óseos o discos gastados. Sin embargo, las radiografías no son suficientes para diagnosticar una hernia discal específicamente.

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radiografia

Resonancia magnética y escáner

Para obtener una imagen más detallada de la columna vertebral y confirmar el diagnóstico de la hernia discal, se suele utilizar la resonancia magnética (RM) o el escáner. Estas pruebas permiten visualizar con precisión el estado de los discos intervertebrales y detectar cualquier protrusión o ruptura en el anillo fibroso.

La resonancia magnética utiliza pulsos de ondas magnéticas y radiofrecuencia para producir imágenes detalladas de las estructuras internas de la columna vertebral. Por otro lado, el escáner, también conocido como tomografía computarizada (TC), proporciona imágenes transversales más precisas de la columna.

Ambas pruebas son seguras y no invasivas, y permiten al médico obtener información precisa sobre el estado de la hernia discal y cómo está afectando a las estructuras circundantes.

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resonancia-magnetica

Tratamiento de la hernia discal

El tratamiento de la hernia discal varía dependiendo de la gravedad del caso y de los síntomas presentes. Se busca aliviar el dolor, reducir la inflamación y mejorar la función de la columna vertebral. A continuación, se describen las diferentes opciones de tratamiento:

Reposo y limitación de actividades físicas

El reposo es fundamental en el tratamiento de la hernia discal. Se recomienda evitar actividades físicas que puedan empeorar los síntomas, como levantar objetos pesados o realizar movimientos bruscos. El descanso permite la recuperación de la columna y reduce la presión sobre los discos herniados.

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epidural

Medicamentos para el alivio del dolor

Los medicamentos se utilizan para controlar el dolor y reducir la inflamación. Los analgésicos de venta libre, como el paracetamol, pueden ser útiles en casos leves. En situaciones más graves, se pueden prescribir medicamentos antiinflamatorios no esteroideos (AINEs) o medicamentos opioides para brindar alivio.

Terapia física y terapia de calor o frío

La terapia física desempeña un papel importante en el tratamiento de la hernia discal. Se pueden realizar ejercicios específicos para fortalecer los músculos que rodean la columna vertebral y mejorar la postura. Además, la aplicación de calor o frío en la zona afectada puede aliviar el dolor y reducir la inflamación.

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Inyecciones epidurales y uso de aparatos ortopédicos

En algunos casos, se pueden administrar inyecciones epidurales de esteroides para reducir la inflamación alrededor de los nervios afectados. Estas inyecciones se aplican directamente en el área afectada, proporcionando un alivio temporal del dolor. Asimismo, el uso de aparatos ortopédicos, como fajas o corsés, puede proporcionar estabilidad a la columna y reducir la presión sobre los discos herniados.

Cirugía como último recurso

La cirugía se considera cuando los tratamientos conservadores no han dado los resultados esperados o en casos de hernias discales graves que causan complicaciones neurológicas. Los procedimientos quirúrgicos, como la discectomía (eliminación del disco herniado), la laminectomía (ampliación del canal vertebral) o la fusión espinal (unión de vértebras), se realizan para aliviar la presión sobre los nervios y estabilizar la columna vertebral.

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operacion

Prevención de la hernia discal

Mantener un estilo de vida saludable es fundamental para prevenir la aparición de hernias discales y cuidar la salud de nuestra columna vertebral. A continuación, se presentan algunas medidas preventivas que se pueden tomar:

Mantenimiento de un estilo de vida saludable

  • Realizar actividad física regularmente, como caminar, nadar o practicar yoga, para fortalecer los músculos de la espalda y mejorar la flexibilidad.
  • Mantener un peso adecuado, ya que el exceso de peso aumenta la carga sobre la columna vertebral.
  • Llevar una alimentación equilibrada y rica en nutrientes, como frutas, verduras y alimentos ricos en calcio y vitamina D para fortalecer los huesos.
  • Evitar el tabaco, ya que fumar puede debilitar los discos intervertebrales y dificultar su recuperación en caso de lesiones.
  • Mantener una buena postura al sentarse, levantar objetos y realizar actividades diarias, evitando la flexión excesiva de la espalda.
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Ejercicios para fortalecer los músculos y mejorar la postura

Realizar ejercicios específicos para fortalecer los músculos de la espalda y mejorar la postura puede ayudar a prevenir la hernia discal. Algunos ejercicios recomendados son:

  • Ejercicios de fortalecimiento de los músculos abdominales y lumbares, como los abdominales y las planchas.
  • Ejercicios de estiramiento de la columna vertebral, como el estiramiento del gato y la postura del perro boca abajo.
  • Ejercicios de fortalecimiento de los músculos del cuello y los hombros, como los estiramientos de cuello y los ejercicios con pesas ligeras.
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traumatologo

Cuidado al levantar objetos pesados

Es importante tener en cuenta algunas recomendaciones al levantar objetos pesados para evitar lesiones en la columna vertebral:

  • Flexionar las rodillas y mantener la espalda recta al levantar objetos del suelo.
  • Distribuir el peso de manera equilibrada, utilizando ambos brazos si es posible.
  • No realizar movimientos bruscos ni girar el cuerpo al levantar objetos pesados.
  • Utilizar ayudas mecánicas, como carretillas, si el objeto es demasiado pesado.

Teniendo en cuenta estas medidas preventivas, se pueden reducir las posibilidades de desarrollar una hernia discal y mantener una columna vertebral saludable y resistente. Recuerda consultar siempre con un médico especialista en caso de presentar síntomas o tener dudas sobre la prevención de esta condición.

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Preguntas frecuentes sobre la hernia discal

¿Cuáles son los factores de riesgo asociados?

Existen diversos factores de riesgo que pueden aumentar las probabilidades de desarrollar una hernia discal. Entre los más comunes se encuentran:

  • Envejecimiento: Con el paso del tiempo, las fibras de colágeno se deterioran, lo que puede aumentar el riesgo de hernia discal.
  • Estilo de vida sedentario: La falta de actividad física y el debilitamiento de los músculos puede contribuir al desarrollo de hernias discales.
  • Obesidad: El exceso de peso ejerce una presión adicional sobre los discos intervertebrales, aumentando la posibilidad de hernia discal.
  • Postura inadecuada: Mantener una mala postura al sentarse, estar de pie o levantar objetos pesados puede incrementar el riesgo de hernia discal.
  • Factores genéticos: Algunas personas pueden tener una predisposición genética a desarrollar problemas en los discos intervertebrales.
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¿Cómo se diagnostica una hernia discal?

El diagnóstico de la hernia discal se realiza a través de una exploración médica realizada por un especialista en columna vertebral. Además, pueden ser necesarios los siguientes estudios y pruebas:

  • Resonancia magnética: Permite obtener imágenes detalladas de los discos intervertebrales y determinar la ubicación y gravedad de la hernia discal.
  • Escáner: En algunos casos, cuando no se puede realizar una resonancia magnética, se puede optar por un escáner para obtener información adicional del estado de los discos.

¿Cuál es el tratamiento recomendado?

El tratamiento de la hernia discal variará según la gravedad de los síntomas. Algunas opciones de tratamiento incluyen:

  • Reposo y limitación de actividades físicas: Descansar y evitar movimientos que puedan empeorar los síntomas.
  • Medicamentos para el alivio del dolor: Analgésicos, antiinflamatorios y relajantes musculares pueden ser recetados para controlar el dolor.
  • Terapia física y terapia de calor o frío: Ejercicios específicos y la aplicación de calor o frío pueden ayudar a reducir el dolor y fortalecer los músculos de soporte.
  • Inyecciones epidurales y uso de aparatos ortopédicos: En algunos casos, se pueden administrar inyecciones de esteroides en la zona afectada para reducir la inflamación. Además, el uso de dispositivos ortopédicos como fajas o corsés puede proporcionar estabilidad a la columna.
  • Cirugía como último recurso: En casos más graves o cuando otros tratamientos no han sido efectivos, se puede considerar la opción de cirugía, como la discectomía, la laminectomía o la fusión espinal.
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¿Cuándo se considera la cirugía como opción?

La cirugía se reserva como último recurso cuando los síntomas son graves y limitan de manera significativa la calidad de vida del paciente. Un especialista en columna evaluará factores como la intensidad del dolor, la presencia de debilidad muscular o dificultad para realizar actividades diarias antes de recomendar la cirugía.

¿Qué medidas se pueden tomar para prevenirla?

Si bien no se pueden prevenir totalmente las hernias discales, se pueden tomar medidas para reducir el riesgo de desarrollarlas:

  • Mantener un estilo de vida saludable: Realizar actividad física regular, mantener un peso adecuado y seguir una dieta equilibrada.
  • Ejercicios para fortalecer los músculos y mejorar la postura: Realizar ejercicios dirigidos a fortalecer la musculatura de la espalda y abdomen, así como adoptar una postura adecuada al sentarse y al levantar objetos pesados.
  • Cuidado al levantar objetos pesados: Al levantar cargas pesadas, es importante utilizar la técnica correcta para evitar lesiones en la espalda. Doblarse las rodillas y usar los músculos de las piernas en lugar de la espalda puede ayudar a prevenir hernias discales.