Neumonía, lo que debes saber sobre esta enfermedad
Muchas enfermedades están envueltas en mitos y la neumonía no puede escapar de esta realidad, lo que en algunos casos lleva a que las personas descuiden esta afección pulmonar que puede llegar a poner en riesgo la vida. Porque consideramos que es importante distinguir entre la realidad y la ficción, en este post te decimos lo que debes saber sobre la neumonía y te mantengas al día con la salud de tu sistema respiratorio.
Tabla de contenidos
Definición de neumonía
Al referirnos a neumonía definición estamos hablando de una infección respiratoria que puede tener origen viral, bacteriana o micótica (hongos). Se caracteriza por la inflamación de los tejidos pulmonares, motivado a que los alvéolos o sacos de aire se llenan de líquido.
La gravedad de la pulmonía puede variar desde moderada a potencialmente mortal, especialmente en poblaciones que incluyen niños pequeños, adultos por encima de 65 años o quienes presentan otros problemas crónicos de salud o un sistema inmunitario debilitado.
Dato: aunque la pulmonía afecta a escala mundial y se estima que causa 2,5 millones de muertes, en los países con bajos ingresos el mayor porcentaje de muerte por neumonía se ubica entre los menores de cinco años, mientras que en los países con altos ingresos, la tasa de mortalidad más alta la representan los adultos por encima de setenta años.
¿Por qué da neumonía?
La neumonía puede ser adquirida en cualquier entorno que nos encontremos y su causa puede variar dependiendo del tipo de neumonía. La neumonía bacteriana generalmente es el resultado de la inhalación de bacterias que se encuentran en el ambiente, mientras que la neumonía viral se propaga a través de gotas de saliva o de secreciones respiratorias.
Diagnóstico de la neumonía
Para diagnosticar la neumonía, el médico puede realizar un examen físico, auscultando los pulmones en busca de ruidos anormales. Adicionalmente serán necesarias pruebas complementarias, como radiografías de tórax, análisis de sangre, pruebas de exudado de garganta y nasal, para confirmar el diagnóstico y determinar la causa específica de la neumonía.
Debiendo considerarse la neumonía como una enfermedad sistémica que no solo afecta el sistema respiratorio, por lo que podría conllevar severas consecuencias.
Tratamiento de la neumonía
El tratamiento de la neumonía en adultos varía dependiendo de la causa subyacente. En los casos de neumonía bacteriana, se suelen utilizar antibióticos específicos para erradicar la infección.
Por otro lado, en la neumonía viral, el tratamiento se enfoca en aliviar los síntomas como controlar la fiebre, ingerir muchos líquidos y descansar para permitir que el cuerpo combata la infección.
Se recomienda no tomar antitusígenos sin la debida supervisión médica, porque pueden dificultar la expectoración del esputo.
Tipos de neumonía
Según el origen de la afección, los más comunes tipos de neumonía son:
Neumonía neumocócica o neumonía bacteriana
Esta forma de neumonía es causada por la bacteria Streptococcus pneumoniae y es la más frecuente en los adultos. Los síntomas comunes son tos, fiebre, dolor en el pecho, escalofrío, respiración rápida, dificultad para respirar, dolor de cabeza, vómitos, náuseas, dolores musculares, fatiga y en ocasiones la tos puede presentarse acompañada de esputo con sangre.
Neumonía viral
Es la inflamación de los pulmones causada por infecciones virales, como el SARS- CoV 2 o la influenza, que se acompaña de síntomas de pulmonía clásicos como tos (en algunas neumonías con presencia de moco solo o acompañado con sangre), fiebre, dificultad respiratoria, escalofríos, cefalea, fatiga, dolor agudo en el tórax. Es más probable en personas con sistemas inmunes débiles como en niños de corta edad y en adultos mayores.
Si experimentas alguno de estos pulmonía síntomas, no dudes en buscar atención médica oportuna, para recibir un diagnóstico preciso.
Prevención de la neumonía
La prevención sanitaria es fundamental, especialmente para evitar la enfermedad en poblaciones de riesgo, tales como neumonía en adultos mayores, personas con enfermedades crónicas y personas con sistema inmunológico debilitado. Algunas medidas para prevenir la neumonía incluyen:
- Vacunación: infórmate con tu médico acerca de vacunas disponibles para prevenir la neumonía neumocócica y la neumonía viral causada por el virus de la gripe. Especialmente si tienes niños que asisten a la guardería.
- Buena higiene: lavarse las manos con regularidad, cubrirse la boca y la nariz al toser o estornudar, evitar el contacto cercano con personas enfermas puede ayudar a prevenir la propagación de la infección.
- Estilo de vida saludable: mantener un sistema inmunológico fuerte a través de una alimentación balanceada, hacer ejercicio regularmente, tomar sol como fuente de vitamina D o evitar el cigarrillo puede ayudar a reducir el riesgo de contraer neumonía.
La pulmonía es una enfermedad que puede prevenirse y es tratable, pero es imperativo seguir medidas preventivas, así como reconocer los síntomas de pulmonía para buscar atención médica temprana, fundamental para un evaluación que permita el diagnóstico y tratamiento adecuados.